Dos avisos alertaron con media hora de antelación de la colocación de sendos artefactos. ETA dejó un explosivo en la estación de autobuses de Almuñécar y otro en el parque Aquatropic.
La campaña de verano de 1997 incluyó la colocación de artefactos en lugares estratégicos. ETA dejó una bomba junto a las taquillas del monumento, lo que obligó a su desalojo.
ETA acabó con la vida de Domingo Puente, peluquero de la Base Aérea de Armilla, al detonar una bomba al paso de la furgoneta en la que Puente se dirigía, junto con más personal de la base, a su trabajo. Ocho militares resultaron heridos.
El comando Andalucía, siguiendo órdenes de Kantauri, decidió atentar contra un funcionario de prisiones. Tres etarras colocaron entre un kilo y kilo y medio de cloratita bajo el asiento del conductor del vehículo de un funcionario de prisiones en Granada. Al percatarse de que el asiento estaba “anormalmente duro”, miró debajo y vio la caja de caudales donde estaba el explosivo. Dio aviso y especialistas detonaron el artefacto de forma controlada.
El comando Andalucía planteó atacar con lanzagranadas la Comandancia de Granada. El plan no resultó y los etarras abandonaron el vehículo con los explosivos en una calle de Casería de Montijo. Un vecino dio aviso de que había un coche con tubos de plástico, bombillas intermitentes y unos cables. Este hombre colaboró en las tareas de desalojo antes de que el explosivo estallara.
El 9 de octubre de 2000, los etarras Harriet Iragi e Igor Solana mataron al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en el portal de su casa. Durante la semana que estuvieron en Granada para el atentado residieron en una habitación alquilada en la calle Asturias, en el Zaidín.
En verano de 2003 los terroristas que atentaron en Benidorm y Alicante reservaron una habitación en un establecimiento hotelero de Sierra Nevada. Utilizaron el mismo nombre falso, Bermejo Aragonés y nunca se presentaron. También estuvieron en Motril.